Realizar una cata de marihuana es una tarea a la altura de un verdadero experto en la materia, pues es menester conocer gran variedad de genéticas y todas las características que rodean al cannabis en general. Cuestiones como el aspecto, olor o sabor dependen de muchas variantes que requieren años de experiencia en el sector.
En las catas de marihuana correctamente realizadas se debe examinar el aspecto, el aroma, el sabor y el efecto cuidadosamente teniendo en cuenta muchos matices únicamente detectables por los más veteranos. No obstante, tanto los más eruditos como los principiantes en la materia de catas, necesitarán conocer los pasos a seguir para llevarla a cabo adecuadamente.
Preparación del entorno
Un esencial a la hora de realizar una cata de marihuana es situarse en un entorno que no altere ninguna de las características de las muestras que se van a degustar. Por ello, lo más apropiado es que la humedad del entorno escogido sea cercana al 60% para no perjudicar la sensibilidad olfativa y gustativa.
La luz solar y un fondo blanco (mesa o folio) son óptimos para observar adecuadamente los colores y la forma del material. Del mismo modo, es importante no estar en contacto con olores fuertes y dominantes las horas anteriores a la cata de marihuana, ni físicamente (colonias, jabones, velas aromáticas..) ni gustativamente (café, cítricos, ajo…).
Características de las flores para la cata de marihuana
Es fundamental que los cogollos utilizados para la cata de marihuana se encuentren en unas condiciones de calidad excelentes, si no la cata terminará siendo desagradable. Las flores han de estar lo más pulcras posibles, bien manicuradas y libres de plagas o sustancias tóxicas. Además, ha de estar correctamente secada para apreciar todos sus matices en su mejor condición.
Los 4 parámetros a degustar en una cata de marihuana
Aspecto
Comprobada la correcta limpieza e higiene del cogollo, se valorará el secado comprimiéndolo delicadamente y verificando que recupera la forma con cierta esponjosidad. No ha de estar ni húmedo ni reseco.
Según su genética, también se valora si se ha conseguido el máximo rendimiento dependiendo de la variedad: sativa o índica. Se observará tanto la densidad del cogollo, la cantidad de tricomas (resina) y el color de éstos con ayuda de una lente de aumento. Han de presentar forma de chupa-chups y un color blanco (ha sido cortado en el momento más psicoactivo) o ámbar (un tanto tardío, con efectos más pesados); pese a que éste aspecto se relaciona más con el gusto del cannabicultor.
Aroma
El aroma de una flor viene determinado por varios factores. Entre ellos destacan la variedad escogida, el modo de cultivo, el momento de la cosecha, los períodos de secado o la curación. Es posible descubrir el estado de la flor con su simple aroma. Cuando es terroso o mohoso indica un exceso de humedad. Un aroma a paja advierte errores en el cultivo que ha incapacitado el desarrollo completo de los terpenos y los cannabinoides.
Para apreciar adecuadamente el aroma de un cogollo durante una cata de marihuana basta con aproximárselo a la nariz e inhalar profundamente mientras se presiona con los dedos para extraer el máximo olor posible. Es aconsejable repetir la acción varias veces con el fin de captar los diferentes matices.
Sabor
Antes de comprobar las cualidades organolépticas del producto, el catador de la marihuana ha de asegurarse de no haber estado en contacto con objetos o comidas con fuertes aromas o sabores que puedan adherirse a la piel. Si esto ocurre, el gusto del cogollo podría verse alterado.
En una cata de marihuana lo ideal es deshacer la materia vegetal con un desmenuzador para evitar la posible impregnación de la muestra con algún sabor acoplado a las manos. Antes de encender el ejemplar se realiza el denominado paladeo en frío en el que se dan unas caladas con el cigarro apagado para percibir todo su sabor.
Saber prender el cigarro es tan importante como saber catarlo. Al hacerlo con una cerilla de madera (sin fósoforo en el extremo), se elimina la posibilidad de impregnarlo con el sabor a gas del mechero. Una combustión uniforme, un humo blanco o con tintes azulados y sin picores en la garganta, es garantía de calidad en la materia. Con el propósito de encontrar todos los sabores y matices se darán, primero, caladas cortas manteniendo unos segundos el humo en la boca. Después, más profundo tragándose el humo para soltarlo unos instantes después.
Efecto
Puntuar el efecto de la marihuana es la labor más subjetiva. Uno de los aspectos a tener en cuenta es la tardanza de la misma: cuanto antes se noten los efectos, mayor calidad tendrá el producto. No obstante, cada persona sentirá el efecto según multitud de factores (experiencia, peso, salud…).
Por último, para ejecutar una cata de marihuana de calidad, se necesita una plantilla donde anotar todo aquello que se ha de medir y, así, poder extraer conclusiones concretas y válidas al final de la degustación.