A la hora de realizar un cultivo interior muchos cultivadores se vuelven locos con todos los parámetros que hay que tener presentes para obtener una buena producción, tales como la humedad, temperatura, acidez (ph), etc… Lo cierto es que es bastante más sencillo de lo que a priori pueda parecer aunque, si no tenemos experiencia en cultivos de interior, lo mejor es dedicar los próximos cinco minutos a estudiar los pilares básicos para saber cómo cultivar marihuanas en interior con éxito.
Para quienes ya tienen cierta experiencia, vamos a repasar unos consejos muy prácticos, que muchas veces dejamos a un lado pensando (por algún motivo que nadie entiende) que no son necesarios. Lo cierto, es que tomando estos consejos y poniéndolos en práctica, tendremos un resultado notoriamente superior en nuestras cosechas, tanto en calidad como en cantidad.
¿Cuál es la clave del éxito en un cultivo interior?
No existe ningún producto mágico que obre milagros con unas simples aplicaciones, por lo que si lo que estás buscando es eso, no es necesario que sigas leyendo.
Si por el contrario quieres dedicar los próximos cinco o diez minutos de tu vida, a repasar cómo aprovechar al cien por cien todos tus recursos, viendo así una notable mejoría en la producción de cogollos de tus plantas de Marihuana… continúa leyendo ;).
Para conseguir los mejores resultados debemos tener en cuenta una serie de factores relacionados entre sí, los cuales están también relacionados directamente con el cultivo de Marihuana. Optimizar sólo uno, dos o una serie de parámetros, dejando el resto sin optimizar… es desperdiciar nuestro tiempo.
Debemos optimizar todos y cada uno de los factores que vamos a repasar. Sólo con una optimización en conjunto podremos apreciar y muy notablemente una mejoría general en nuestro cultivo interior de Marihuana.
La importancia de la genética en cultivo interior
Por extraño que pueda sonar… son muchas las personas que piensan que todas las plantas de Marihuana son iguales o que sólo cambian en el sabor dependiendo de la variedad o banco de semillas donde las adquieran.
Esto es algo completamente falso. La desinformación es el principal motivo por el cual un alto porcentaje de cultivadores sin mucha experiencia quedan insatisfechos con sus primeros cultivos. O simplemente no aciertan y desesperan con una floración interminable.
Y es que no todas las plantas de Marihuana son iguales. Se pueden clasificar en cuatro categorías:
- Índicas, las cuales suelen ser buenas productoras, tienen una floración corta y no estiran mucho durante ésta. Cuentan con muchas más características que las definen. Son plantas de tronco grueso, algo chatas. Sus hojas son grandes con anchos foliolos y sus efectos suelen ser normalmente de efecto físico y relajante.
- Sativas, las cuales suelen ser de larga floración y normalmente triplican su tamaño durante ésta. Suelen ser plantas de finas ramas, hojas y estrechos foliolos. Sus efectos suelen ser más a nivel mental, excitante o activador.
- Rudelaris, son plantas que se caracterizan por florecer de forma automática sin necesidad de notar un aumento en las horas del periodo nocturno. Son plantas de pequeño porte que producen flores con baja psicoactividad. Se utilizan en la actualidad para desarrollar variedades automáticas gracias a su periodo de floración no fotodependiente.
- Híbridos, son cruces entre variedades índicas, sativas y rudelaris. Pueden aportar características de cualquiera de los parentales, mezclándolas entre sí, por lo que su morfología, efecto y tiempo de floración puede variar mucho.
La elección correcta
Elegir correctamente qué tipo de planta de marihuana queremos para nuestro cultivo es fundamental. Ya que si realizamos esta elección de forma errónea podemos arrepentirnos y mucho.
Ejemplos de variedades índica o híbridos índica
Por ejemplo, si lo que buscamos es una variedad de floración corta, que tenga un efecto relajante y que sea buena productora, debemos cultivar variedades Índicas o Híbridos con predominancia Índica (híbridos con genética más índica que sativa). Dentro de estas categorías, tenemos miles y miles de variedades que se ajustarán a nuestras exigencias, tanto en sabor o efecto como en producción.
- White Russian
- Great White Shark
- Critical +
- Jorge’s Diamond #1
- OG Kush
Ejemplos de variedades sativa o híbridos sativa
Por ejemplo, si lo que buscamos son plantas de efecto más activo sin importarnos dedicarle más tiempo a la floración, debemos buscar variedades Sativas o Híbridos con predominancia Sativa. Dentro de estas categorías tenemos también infinidad de variedades donde elegir…
- Super Lemon Haze
- Amnesia Haze
- Destroyer
- New York City Diesel
- Moby Dick
Ejemplos de variedades automáticas índicas, sativas e híbridas
Por ejemplo, si lo que estamos buscando son plantas con una floración extremadamente corta, con una producción decente y sin necesidad de estar pendientes del periodo lumínico para que comiencen a florecer. En ese caso tu elección debe ser una variedad automática o autofloreciente. Entre las cuales puedes encontrar índicas, sativas e híbridos de ambas de excelente calidad.
- Northern Lights Auto
- White Widow Auto
- Bubba Kush Auto
- Original Amnesia Auto
- Haze Auto
Variedades feminizadas o regulares
Por otro lado tenemos la posibilidad de elegir variedades feminizadas o regulares. Si no tenemos tiempo o espacio para seleccionar entre machos y hembras, debemos ir a por lo seguro, que son las feminizadas. Conste que si es posible, recomiendo siempre tirar de variedades regulares.
Muy importante:
Cuando hayamos elegido la variedad que vamos a cultivar, debemos recabar la máxima información sobre ella, bien a través del banco que la comercializa o de las experiencias que muchos cultivadores dejan plasmadas en foros cannábicos.
Conocer a fondo la variedad que vamos a cultivar, nos permitirá nutrirla correctamente de forma que sabremos cuándo es necesario darle un extra de nutrientes con abonos específicos y hasta qué medida. Con ello conseguiremos optimizar al máximo la nutrición y en consecuencia, desarrollo de nuestra planta de Marihuana.
Conclusión:
De esta forma y sabiendo del espacio de cultivo del que disponemos (por la altura) y del tiempo que queremos dedicarle a éste, elegiremos la variedad que más se ajuste a nuestros gustos y/o necesidades, dejando a un lado el marketing comercial de la mayoría de genéticas.
Cultivo interior | Iluminación
Este parámetro es de los más curiosos, pues muchos cultivadores piensan que cuanta más potencia lumínica (luz) pongamos, mejores resultados vamos a obtener… algo completamente falso.
Las plantas de Marihuana, al igual que el resto de plantas del planeta, son capaces de asimilar cierto número de fotones de forma simultánea, por lo que si ponemos una iluminación excesiva, en realidad lo que estamos haciendo es saturar a nuestras plantas. Sabremos que esto ocurre, porque como en la propia naturaleza, las ramas comenzarán a girar unos grados sus hojas para dejar pasar la luz en vez de captarla. Por este motivo tan malo es pasarse, como quedarse corto.
Una planta mal iluminada no crecerá correctamente ni nos ofrecerá los mejores resultados, ni de lejos. Las plantas de Marihuana son unas devoradoras de lúmenes, aunque como todas tienen su máximo. Por lo general precisan de una potencia lumínica en concreto para desarrollarse correctamente.
Recomendaciones básicas sobre la elección de la luz
El cálculo de la potencia lumínica que debemos poner varía en función del espacio de cultivo y del tipo de iluminación con la que queramos trabajar. Para optimizar dicho espacio debemos tomar como referencia que una iluminación óptima para un metro cuadrado es de 600w, si utilizamos una lámpara de vapor de sodio a alta presión (HPS) o de halogenuros metálicos (HM). Para los equipos de de CHM o LED la potencia para esa superficie oscila entre los 300w y 400w.
Por otro lado, es importante saber que no todo es la potencia que tenemos que usar en relación a las medidas de nuestro espacio de cultivo. También influye y mucho el tipo de iluminación que usemos en cada ciclo del cultivo.
El aprovechamiento de la luz
La idea de aprovechar al máximo la luz producida por los equipos de iluminación con los que vamos a trabajar, es una acción muy inteligente por nuestra parte. Para ello disponemos de dos opciones, una es el papel reflectante y otra es la utilización de un armario de cultivo para cannabis, la elección de uno u otro depende de la cantidad de focos y del espacio del que dispongamos.
Lo que se consigue con el uso de papel reflectante o de un armario de cultivo, es no perder o solamente perder un pequeño porcentaje de luz producida, la cual vuelve reflejada hacia las plantas gracias a las propiedades reflectantes de este tipo de papel o de tela forrada. Con este efecto lo que se consigue además de aprovechar al máximo la luz, es aumentar la producción del cultivo.
Tipo de iluminación por etapas
Germinación y crecimiento vegetativo
Durante la primera semana de vida o diez días, una simple lámpara de bajo consumo de luz blanca será suficiente para completar las demandas lumínicas de nuestras plántulas. Estas lámparas CFL de 150w o 200w son una elección estupenda.
Tras este periodo, podemos pasar a la acción con halogenuros metálicos, los cuales tienen una tonalidad perfecta (luz blanca / azulada) para la etapa de crecimiento. Con 400w o 600w de halogenuros metálicos veremos crecer nuestras plantas como locas.
Periodo de floración
Para la etapa de floración, nada mejor que el vapor de sodio a alta presión (HPS). Un buen sodio de 600w / m2 es nuestro mejor “as” para conseguir un buen rendimiento en nuestras plantas. Aunque debemos tener un mayor control sobre las condiciones climáticas por el calor que producen.
La iluminación Led también puede ser una buena opción para la etapa de floración, junto con los equipos de CMH (halogenuro metálico cerámico). Aunque los w necesarios pasarían a ser entre unos 300w a 400w. Por lo que se consigue un ahorro energético bastante importante y un aumento en la producción de gr/w, gracias a la excelente eficiencia de estos dos tipos de iluminación.
La importancia del balastro
El balastro que alimenta nuestras lámparas de HM, HPS y CMH, es clave para que nuestra lámpara en uso dé lo mejor de sí misma. Los balastros convencionales (magnéticos) tienden a perder potencia con el uso y tras unos pocos cultivos, se puede apreciar cómo la lámpara brilla cada vez menos.
Esto lo podemos solucionar adquiriendo un balastro electrónico, que además, no se calentará tanto como el convencional y nos dará la posibilidad de variar la potencia de nuestra lámpara. Con un balastro electrónico y regulable podemos ir aumentando progresivamente la potencia lumínica, ajustandonos a la perfección a las necesidades lumínicas de cada etapa de desarrollo de las plantas de cannabis. De esta forma se consigue aumentar la durabilidad del equipo y disminuir el consumo eléctrico.
Actualmente los balastros magnéticos están cada vez en mayor desuso, además se han activado varias normativas para que en un periodo de tiempo dejen de fabricarse y de comercializarse hasta su total desaparición. Esto es debido a la eficiencia de los diferentes tipos de iluminación que están apareciendo en el mercado.
Cultivo interior | Humedad y Temperatura
No podéis imaginaros hasta qué punto influye una buena configuración de la humedad y la temperatura en nuestro cultivo interior de Marihuana. Los resultados entre una configuración bien optimizada y una mal optimizada o simplemente sin optimizar, son asombrosos.
La humedad
Debemos dividir la configuración de estos parámetros en dos ciclos. El primero es el ciclo de crecimiento, en el cual la humedad óptima debe rondar entre el 60/80% constantemente.
Nuestras plantas de Marihuana se hidratan también por las hojas, no sólo por las raíces. Por lo que si dispones constantemente de una humedad relativa alta, es tan beneficioso para ellas que podrán hidratarse a través de las raíces y hojas dedicando toda su energía a desarrollarse.
Con un nivel bajo de humedad o simplemente mal optimizado, nuestras plantas perderán energía hidratando la parte vegetal visible, la planta no crecerá a buen ritmo e incluso las hojas se mostrarán mustias e insanas.
Durante el segundo ciclo (etapa de floración) debemos rebajar ese nivel de humedad dejándolo en torno al 50%. De esta forma evitaremos un exceso de humedad en las flores que después formarán cogollos, evitando así la aparición de hongos.
La temperatura
La temperatura en el interior de nuestro armario o sala de cultivo es tan importante como cualquiera de los demás factores. Por ello debemos mantener una temperatura media constante, tanto durante la etapa de crecimiento como durante la etapa de floración. La temperatura óptima para que nuestras plantas no pierdan energía hidratándose a causa del calor y puedan desarrollarse correctamente, es de entre 20°C y 25°C.
Esa temperatura es perfecta para un cultivo de Marihuana, pudiendo bajar sin problema tres o cuatro grados durante las horas de oscuridad. Con esta temperatura evitaremos no sólo que nuestras plantas se deshidraten. Sino que también evitaremos que las cabezas de los tricomas (donde se encuentra el THC) se degraden por exceso de calor, obteniendo así unos resultados óptimos tanto en producción, como en la calidad aromática de las flores.
Recomendación:
Uno de los factores clave para controlar el nivel de humedad y temperatura de nuestro indoor es controlar mediante potenciadores la intraccion y extraccion de aire. Una buena intraccion y extraccion es fundamental en nuestro cultivo de interior. Con ella no sólo renovaremos el aire viciado, sino que podremos optimizar parámetros tan importantes como lo son la temperatura y la humedad.
Cultivo interior | Nutrientes
Llegamos al punto donde se lía gorda y es que aquí también, por algún extraño motivo, son muchos los cultivadores que piensan que debemos saturar nuestras plantas de abonos y estimuladores para que crezcan mejor y más rápido, algo completamente erróneo.
Lo principal en este punto, es elegir un buen sustrato para nuestro cultivo de Marihuana. En este sentido tenemos dos opciones. O bien realizamos nuestro propio sustrato a base de turbas de calidad, humus de lombriz, guano de murciélago, perlita y bacterias. O lo adquirimos directamente en nuestro growshop de confianza a partir de un módico precio y sin esfuerzo. Las dos opciones son totalmente válidas.
Empresas como “CANNA” ponen a nuestra disposición sacos de sustrato ya preparado y aireado, con un equilibrio perfecto de nutrientes para no saturar a nuestras plantas. Gastarse unos euros en adquirir un sustrato de calidad como el que nos ofrecen, es algo que deberíamos hacer sí o sí.
Siguiendo mi consejo y utilizando un sustrato de calidad como el que la empresa “Canna” nos ofrece, no debemos usar ningún tipo de abono durante la etapa de crecimiento. Pensar que por añadir más nutrientes nuestras plantas van a crecer más rápido o fuertes, es un error que puede ocasionar problemas en el desarrollo del cultivo.
¿Cómo y cuándo aplicar nutrientes?
Lo más recomendable es ir aplicando productos de forma progresiva y con las dosis mínimas recomendadas por el fabricante, a partir del mismo momento en el que veamos que la planta lo empieza a demandar mostrando cierta claridad en sus hojas. En este sentido recomendamos trabajar con productos orgánicos, los cuales son menos agresivos y nos ayudan a conseguir cosechas de una excelente composición organoléptica.
Durante el periodo crítico de floración en el cual las plantas entran en la fase de engorde. Es necesaria la aplicación de abonos de origen orgánico con un alto porcentaje en fósforo y potasio (P-K). Con él se consigue un aumento significativo en la producción de flores, en el peso final y en la calidad de su composición organoléptica.
Conclusión:
Como veis, no es necesario ni de lejos, aplicar mil productos ni estimuladores para obtener los mejores resultados. Simplemente hay que utilizar los necesarios en su preciso momento, así que con sólo un abono orgánico normal de crecimiento que aplicaremos y un abono orgánico rico en fósforo y potasio (PK) que aplicaremos a mediados del ciclo de floración podremos obtener unos resultados espectaculares.
Resumen general sobre el cultivo interior:
Bueno, esperamos que hayáis comprendido que lo importante no es optimizar un factor al máximo y esperar buenos resultados, sino que debemos optimizar todos los factores de nuestro cultivo para obtener los mejores resultados. Todo lo demás, es desperdiciar tiempo y esfuerzo. Aplicando estos sencillos consejos, podremos sacar el máximo provecho a nuestros cultivos.