El fertilizante es un producto esencial en el cultivo de cannabis. Para elegir el más adecuado, en primera instancia, habrá que decidir si la cosecha será ecológica o se emplearán productos a base de nutrientes artificiales. En el primer caso se utilizarán fertilizantes orgánicos, en el segundo, químicos.
Además, existen diferentes formas de aplicar estos suplementos según el tipo de artículo escogido: pueden ser líquidos o sólidos. No hay fórmula mejor ni peor, todo dependerá de lo que el cultivador necesite en cada momento.
Diferencia entre los fertilizantes orgánicos y los químicos
Los fertilizantes orgánicos son sustancias que aportan los nutrientes necesarios a las plantas para su óptimo desarrollo. Están compuestos únicamente de materiales naturales y orgánicos, que aportan tanto los macronutrientes esenciales para un vegetal como micronutrientes, encargados de enriquecer las plantas. Incluso prevé al cultivo de bacterias y hongos beneficiosos con los que llegan a establecer una relación sinérgica.
Por otro lado, los fertilizantes químicos están compuestos por sustancias sintéticas que aportan a la planta exactamente los macronutrientes que requiere en cada etapa de su ciclo vital. Actualmente se pueden encontrar fertilizantes químicos enriquecidos con micronutrientes, pero el resultado sigue sin ser comparable con el obtenido a base de fertilizantes orgánicos.
Ventajas y desventajas de los fertilizantes orgánicos
La ventaja más llamativa de los fertilizantes orgánicos es su capacidad de generar un producto final de una calidad excepcional. La composición de estos fertilizantes provoca un aumento de los tricomas de la planta de marihuana, incrementando también las cualidades organolépticas del cannabis.
Por otro lado, el uso de fertilizantes orgánicos protegerá y acentuará la actividad microbiana del suelo dotando a las plantas de más nutrientes y defensas naturales contra posibles patógenos. Además, siempre enriquecerá el sustrato, al contrario que los fertilizantes químicos, capaces de dañar el suelo provocando el descenso la vida del mismo y contaminando tanto el sustrato como aguas subterráneas.
Los fertilizantes orgánicos son de liberación lenta, es decir, que son los seres vivos del suelo quienes se encargan de descomponerlos para que la planta pueda absorberlos poco a poco. De este modo es más complicado sobrealimentar la marihuana y quemar sus raíces.
No obstante, esto puede convertirse en una contraindicación cuando se precisa de una aplicación urgente de un nutriente en especial por déficit del mismo. Además, la composición orgánica de este fertilizante aumenta la posibilidad de atraer plagas en busca de alimentos presentes en él. Adicionalmente, en los países más fríos difícilmente se descompondrá por falta de vida subterránea, incapaz de sobrevivir en temperaturas extremas.
Un inconveniente significativo del uso de fertilizantes orgánicos es, en muchos casos, la escasa precisión del nivel de cada nutriente que compone el producto, por lo que será más complicado cubrir una carencia que con los químicos; cuya medida exacta siempre se indica. Además, éstos últimos son mucho más económicos y rápidos de usar.
Tipos de fertilizantes orgánicos para marihuana
Para saber cómo utilizar correctamente cualquier tipo de fertilizante se deben conocer las necesidades nutricionales de la planta en cada fase de su desarrollo.
Fertilizantes para la fase crecimiento
Los nutrientes que ayudan aumentar el tamaño de las plantas de cannabis durante la etapa de crecimiento es el nitrógeno. A la hora de utilizar un fertilizante orgánico durante este período debe contener este elemento en mayor medida.
- Humus de lombriz. Está compuesto por haces de este animal. Al ser materia sólida se ha de esparcir encima del sustrato o mezclar con él durante la etapa de crecimiento, incluso usarlo como parte del sustrato desde la germinación. Los riegos ayudarán a incorporarlo a la tierra permitiendo su absorción.
- Algas. Los fertilizantes orgánicos a base de algas cuentan con fitohormonas y aminoácidos de forma natural, además de microorganismos que actúan contra hongos y bacterias desfavorables.
- Estiércol de caballo y de vaca. Al contener 1- 2 % de nitrógeno y 1-3% de potasio, es adecuado para ambas fases del desarrollo de las plantas de marihuana.
- Purín de ortigas. Este fertilizante, al contrario que el humus, es líquido; por lo que se aplicará disuelto en agua de riego y su absorción será mucho más rápida. Además, actúa como insecticida natural. El único inconveniente es su olor desagradable.
Fertilizantes para la fase de floración
En la etapa de floración, el cannabis deja de necesitar un aporte tan importante de nitrógeno y pasa a exigir fósforo y potasio para engordar y llenar de resina los cogollos.
- Guano de murciélago. Es el fertilizante orgánico más utilizado en esta etapa elaborado a partir de excrementos de este animal. Aporta gran cantidad de elementos activos orgánicos y minerales como fósforo y potasio.
- Ceniza de madera. Este producto es muy rico en potasio pero se ha de administrar en pequeñas cantidades para no resultar contraproducente.
- Harina de huesos. Su principal componente es el fósforo. Por su lenta descomposición suele ser usada para mezclarlo con el estiércol casero y potenciar, así, sus nutrientes.
- Estiércol de conejo y gallina. Ambos son ricos en nitrógeno, fósforo y potasio (N-P-K) por lo que se pueden emplear tanto en crecimiento como en floración. La principal diferencia entre ellos es que el fertilizante de conejo se puede utilizar sin someterlo a un proceso de compostaje en caliente, mientras que el de gallina tarda entre 6 y 9 meses en descomponerse.
Aunque es posible combinar en el mismo cultivo fertilizantes orgánicos y químicos, éstos últimos aportan componentes tóxicos a la planta no aptos para el consumo, además de reducir la calidad del cannabis. Por eso, es recomendable emplear productos orgánicos siempre que sea posible.