Seleccionar la genética adecuada antes de realizar un cultivo es una importante decisión que la mayoría de cultivadores no suele tener demasiado en cuenta, dependiendo de la genética seleccionada, variarán algunos de los aspectos más importantes al realizar un cultivo, como el tamaño final de la planta, la presencia de brazos o el tiempo total del cultivo, sin pararnos a mencionar las importantes diferencias en cuanto a sabores y efectos. Para realizar una buena selección hay que conocer, en este caso, las características de las sativas.
Las características de las sativas más importantes
Una de las características más importantes a tener en cuenta es el genotipo de planta, algo que viene marcado en su ADN y que condicionará muchos factores durante el cultivo. Hoy hablaremos de las genéticas sativas, esas variedades conocidas por ofrecer un efecto más alegre y creativo, además de por su floración varias semanas más larga que las índicas. Ésta última característica es el motivo principal por el que es muy difícil encontrar marihuana sativa en el mercado negro, ya que los cultivadores comerciales únicamente buscan sacar cantidad en tiempos mínimos. Gracias al aumento de autocultivadores, que buscan fumar un producto diferente, el cultivo de estas genéticas se ha incrementado en los últimos años, ya que esas semanas más de espera, se verán recompensadas con un producto con un efecto más especial.
Origen de las sativas
Las sativas son plantas cuyas características principales son muy diferentes a las genéticas índicas, estas cepas provienen principalmente de bosques subtropicales y zonas muy frondosas, donde las plantas crecen rodeadas de árboles, por lo que la iluminación que les llega es escasa. Estas zonas también se caracterizan por contar con una humedad relativamente alta, otro factor que las diferencia de las índicas, ya que estas últimas se desarrollan en zonas con gran iluminación y clima seco.
Al desarrollarse en zonas con estas condiciones tan particulares, han evolucionado de forma totalmente diferente a sus hermanas índicas, adaptando su estructura y sus características principales a su entorno. Una de las características que más las identifica es su forma más fina y alargada, ya que debido a los altos niveles de humedad de estas zonas debe haber una mayor distancia entre los brazos de las propias plantas, lo que sumado a una reducción en la densidad de las flores, mejora la aireación y reduce las posibilidades de que aparezca cualquier hongo.
Otra característica muy predominante en las sativas es su hoja más larga y fina, esto también es debido a la humedad, pues las índicas necesitan hojas más amplias para almacenar agua en el envés (parte inferior de las hojas), permitiéndoles aguantar tiempos de sequía más largos, cosa que las sativas no necesitan ya que la humedad es más alta y las lluvias más frecuentes.
Efectos de las sativas
La característica más conocida de estas genéticas es su efecto conocido como “creativo” o “estimulante”, ya que provocan una sensación muy potente a nivel cerebral, en vez de la clásica relajación física. Esto les permite a sus consumidores utilizarla desde buena mañana sin que una sensación de pesadez les acompañe todo el día, pero disfrutando de una sensación muy alegre a nivel cerebral. Al final del día no notarán que arrastran una sensación de pesadez provocada por fumar durante todo el día, por lo que al consumirla sentados cara la TV, volverán a disfrutar de una sensación alegre y con ganas de pasarlo bien. También se utilizan frecuentemente en busca de creatividad e inspiración, compositores, dibujantes o escritores, son algunos usuarios habituales de este tipo de genéticas.
Características de las sativas Landraces
Podemos encontrar Landraces sativas en países de Centro y Sudamérica, como Panamá, México, Brasil o Jamaica. Otras proceden de países del sur de Ásia como la India (únicamente en algunas regiones del sur, en el resto del país predominan las Landrace índicas), o Tailandia (a este país pertenece la isla de Ko Tao, donde se han encontrado las Landrace con mayores niveles de THC del mundo). También se conocen grandes sativas encontradas en África, especialmente en el Congo, en Sudáfrica y Suazilandia, aunque se pueden encontrar potentes y características sativas por casi todo el continente.
En la actualidad podemos encontrar miles de cruces en el mercado que incorporan estas genéticas, el afán del hombre por conseguir plantas mejores y más potentes le ha llevado a realizar cruces entre éstas, consiguiendo así genéticas nuevas, que combinan las mejores características de sus predecesoras.
La sativa más cultivada y versionada actualmente es la Haze, una genética 100% sativa, procedente del cruce entre Landraces mexicanas, colombianas, tailandesas e indias, todas de linaje sativo puro. Esta conocidísima variedad está presente prácticamente en todos los bancos de semillas del mundo, ese marcado sabor a incienso acompañado de un efecto cerebral único, son motivación suficiente para que todo banco desee tener su propia versión de esta maravillosa cepa.
Algunas de las versiones más demandadas de esta genética, que conservan un predominio sativo total son; Purple Haze, Super Silver Haze o Lemon Haze, aunque también descienden de ella grandes híbridos con una leve presencia índica, como son Amnesia o Moby Dick, ambas creadas para mantener esa potencia cerebral, aunque contando con ciertas ventajas como un aumento en la densidad de las flores o una reducción del tiempo de floración.
Híbridos sativas
Otra gran función que cumplen estas genéticas es la de ser utilizadas en cruces, cuyo resultado final tendrá predominio índico, aunque contará con propiedades organolépticas únicas. Algunos de los rasgos más buscados en sativas para formar híbridos únicos son; la gran resistencia a los ataques de hongos, la gran capacidad de crecimiento que permite que acaben alcanzando los 3m en exterior, los sabores más florales y pintorescos, o un efecto más marcado y cerebral.
Éstos híbridos también han beneficiado a los amantes de las sativas, ahora podemos encontrar sativas realmente potentes, con un plus importante del que antiguamente carecían, como es la capacidad de producción de resina. Ésta característica anteriormente se podía apreciar especialmente en cepas índicas, siendo su presencia prácticamente escasa en las sativas, por lo que no se podían utilizar para realizar extracciones.
A día de hoy tenemos una gran selección de genéticas sativas con gran producción de resina, un plus que nos permite añadir un extra al peso total de nuestra cosecha, independientemente del tipo de extracción que realicemos. Las extracciones realizadas ofrecerán el mismo efecto que la planta pero potenciado, por lo que necesitaremos una dosis mínima de una genética que nos guste, para conseguir ese buscado efecto.