Hablar de las lámparas de bajo consumo para el cultivo es un tanto extenso, se podría decir que el mundo de las luces de cultivo es también muy extenso. Una de las primeras luces que se empezaron a utilizar fueron los tubos fluorescentes. Son unas luces que llevan en el mercado desde mediados del siglo pasado. Con el paso de los años su uso ha ido bajando y los controles sobre este tipo de luces han aumentado por su contenido tóxico.
Funcionamiento de lámparas de bajo consumo
Se trata de unos tubos que en su interior tienen cantidades pequeñas de mercurio en forma de vapor y un gas inerte. Cuando se calienta el interior del tubo es cuando se produce la ionización de esos gases y es lo que provoca que se haga la luz. Actualmente su uso no está muy recomendado debido a los gases tóxicos que se encuentran en su interior. El mercurio que contiene es muy contaminante y puede causar graves problemas a la salud de las personas. Se puede inhalar con facilidad si se rompe alguna de estas bombillas y puede causar temblores, pérdida del apetito o daños cerebrales. En algunos casos el contenido de mercurio de esos tubos podía llegar a superar los 25 mg, mientras que en los fluorescentes compactos que se utilizan en la actualidad la media suele rondar los 5 mg.
Con el paso de los años, desde finales del siglo pasado hasta comienzos de este, empezaron a aparecer mejoras en la iluminación fluorescente. Esa nueva iluminación se llamó iluminación fluorescente compacta o lámparas de bajo consumo CFL que, basándose en la tecnología fluorescente, consiguió unos resultados mucho mejores que sus predecesores y un consumo energético muchísimo menor, siendo este uno de los grandes puntos positivos de las bombillas CFL.
Ventajas de las lámparas de bajo consumo
Este tipo de bombillas, CFL, son más ecológicas que los anteriores fluorescentes y que las bombillas de hilo incandescente. Estas luces son muy recomendables si van a ser utilizadas en sitios donde no se tengan que apagar y encender constantemente. Una de las ventajas de las luces compactas de bajo consumo, respecto a los tubos fluorescentes antiguos, es que no emiten ese zumbido constante que puede llegar a molestar tras un largo uso. Las antiguas luces fluorescentes podían llegar a las 5000 horas de vida útil como máximo, las actuales CFL tienen una esperanza de vida de 8000 horas las más baratas y de hasta 15000 horas las de una calidad mayor, por lo que estas son un poco más caras.
Este tipo CFL o lámpara indoor de bajo consumo están preparadas para cubrir un máximo de un espacio de 80 centímetros cuadrados. Estas bombillas se pueden encontrar en diferentes potencias, de 150 W, de 200 W y de 250 W. Cada una de ellas está destinada para que se coloque a una distancia mínima de las puntas de las plantas. Las de 150 tendrán que estar a distancia de unos 15 cm, las de 200 a unos 20 centímetros y las de 250 a unos 25 centímetros aproximadamente.
Características de las lámparas de bajo consumo
Los tres tipos de bombillas CFL o lámparas de bajo consumo que existen tienen diferentes espectros de luces, unas sirven para crecimiento, otras para floración y otras mixtas que pueden ser utilizadas para varias cosas más.
Bombillas bajo consumo para la etapa de crecimiento:
La primera es la de luz azul, que es la que se utiliza para la etapa de crecimiento, ya que esa luz es la más parecida a la que reciben las plantas durante la primavera. Se caracteriza por:
- Se puede utilizar para germinar semillas, para la propagación de los esquejes y para el mantenimiento de las plantas madre.
- Tiene un color de luz azul.
- Tiene una temperatura de color de 6400K para crecimiento.
Bombillas bajo consumo para la etapa de floración:
Las otras luces, las de la etapa de floración, dan una luz roja, que recuerda a la luz que hay en los meses de otoño, son las perfectas para que las plantas puedan llegar a florecer en las mejores condiciones.
- Tienen una temperatura de color de 2700K.
- Son perfectas para utilizar como apoyo, su espectro lumínico y su calor es menor y puede llegar a cubrir los huecos que dejan otro tipo de bombillas. Por lo que son las mejores para utilizar en los meses de verano.
- Debido a no dar mucho calor es recomendable no regar mucho, ya que la evaporación del agua de riego será mucho mejor.
Bombillas bajo consumo diferentes etapas:
El tercer tipo de luces CFL son las mixtas, que sirven tanto para los periodos de crecimiento como para los de floración, y que tiene un espectro de luz con tonos anaranjados y ámbar. Estas luces son recomendables para utilizar como apoyo de otro tipo de luces que no tienen un espectro de luz completo. Este último tipo de luces está recomendado para pequeños cultivos en los que interesa que la producción mayoritaria de las plantas se encuentre en los laterales y no solamente en el centro.
- Tienen una temperatura de color de 6400K.
- Si las bombillas se usan de manera correcta se pueden recoger cosechas de hasta 125 gramos en pequeños espacios de cultivo de 80×80 cm2 aproximadamente.
Respecto al rendimiento (lúmenes) a los que pueden llegar las lámparas de bajo consumo:
- La de 150W tiene un rendimiento de 10500 lúmenes.
- Las de 200W tiene un rendimiento de unos 14000 lúmenes.
- Por último, las de 250W tiene un rendimiento de unos 17500 lúmenes.
Cultivo indoor con lámparas de bajo consumo
Las luces compactas o CFL se caracterizan por tener un peso bastante elevado. Será necesario que el reflector donde se vayan a instalar estas luces sea muy fuerte y aguante bien el peso. Si no tiene una estructura fuerte puede que la bombilla se baje un poco y la luz no llegue de una manera correcta. Para eso se recomienda que se usen reflectores tipo CFL Solux. Estos reflectores tienen un chasis muy fuerte y aportará un espectro lumínico amplio y que llegue a todas las plantas de una forma correcta.
Si no se dispone de esos reflectores es recomendable instalar una estructura en los reflectores para que aguanten el peso de las bombillas CFL. Aunque si se quiere aprovechar de una mejor forma toda la luz que dan las bombillas CFL y no perder la luz que va hacia el techo, es recomendable que se instale un reflector parabólico básico CFL. De esa forma no se perderá nada de luz y llegará toda a las plantas que haya en el espacio de cultivo gracias a su forma.
Bombillas muy frágiles
Este tipo de bombillas son de una extrema fragilidad y se pueden romper con un leve golpe. Si se daña uno de los varios tubos que forman las bombillas, no es recomendable que se sigan usando debido a los gases que tienen en su interior. Otra de las desventajas que tienen las CFL es que, si se tocan con las manos un poco sucias, la marca se quedará. Esa leve mancha puede cambiar el espectro lumínico de las bombillas y afectar al crecimiento de los cultivos. De esta forma, se recomienda limpiar muy bien las luces y asegurarse de que no tienen ninguna mancha en su superficie. Para realizar esa limpieza se pueden utilizar Toallitas Stoned & Clean como las que se utilizan para la limpieza de bongs o algún trapo que no suelte ningún tipo de pelusa que afecte a la luz.
Cabe recordar que esta tecnología hace que no sea necesaria la instalación de un balastro ya que las bombillas lo llevan integrado. Otra de las ventajas es que las nuevas bombillas CFL están hechas de cristal sin plomo. Cumplen con la Restricción de ciertas Sustancias Peligrosas en Aparatos Eléctricos y Electrónicos que adoptó la Unión Europea el pasado año 2011.
En los últimos años la tecnología y la forma de las luces fluorescentes se ha empezado a ver en luces tipo LED. Por lo que poco a poco las luces fluorescentes compactas irán desapareciendo el LED serán el futuro de las luces.