La cachimba es mucho más que un medio para fumar tabaco aromatizado o marihuana; es un ritual y una experiencia social y cultural para disfrutar de un momento relajante en buena compañía. A continuación te explicamos con más detalle qué es este instrumento y cómo se usa.
Qué es una cachimba y cuál es su historia
La cachimba, también llamada shisha, narguile o hookah, es un dispositivo de origen milenario que se usa para fumar, cuya historia está profundamente arraigada en diversas culturas. Tiene su origen en la India y se cree que pudo aparecer sobre el siglo XVI, gracias a un médico persa que inventó este artilugio para reducir los efectos dañinos del tabaco. La primera cachimba era muy rudimentaria y estaba compuesta de un coco como base y un tallo de bambú como tubo. Con el paso del tiempo este invento se expandió por Persia, Egipto y el Imperio Otomano, y se fue modificando y perfeccionando hasta convertirse en una pieza mucho más sofisticada y ornamentada. En los países árabes se conoce como “shisha”, en Turquía es “narguile” y en España se llama “cachimba”.
Una experiencia social
En la actualidad la cachimba ha alcanzado una nueva popularidad hasta convertirse en un verdadero fenómeno social en muchos lugares del mundo, sobre todo, desde que los cigarrillos se han ido restringiendo del ámbito público. En muchas ciudades existen locales y bares especializados en el uso de cachimbas. Se llaman “shishas lounges” o “hookah lounges”, y son espacios acogedores donde los clientes pueden compartir una shisha mientras socializan y se toman un té. Y es que la cachimba es mucho más que simplemente fumar: tiene un fuerte componente social. Podría compararse con el acto de tomar mate en algunos países de América del sur.
En muchos países de Oriente Medio y Asia, fumar shisha es una tradición en reuniones familiares y entre amigos. En Occidente, este aspecto social también ha sido uno de los factores clave de su éxito, porque sirve como elemento central para reunirse, compartir y relajarse mientras se disfruta del sabor de la shisha.
La belleza de las cachimbas
Otro aspecto que se puede destacar de la cachimba es su valor estético. Hoy día, existe una amplia variedad de diseños, desde cachimbas sencillas hasta verdaderas obras de arte. Algunas están elaboradas con materiales de lujo como cristal tallado, metales preciosos o detalles ornamentales muy elaborados. Cada modelo es único y aporta su propio carácter al ritual de fumar.
Qué se puede fumar en una cachimba
Otra de las razones por las que este dispositivo se ha puesto de moda en la vida moderna es por la variedad de opciones que ofrece para fumar. Generalmente, se utiliza tabaco aromatizado, que hoy en día se puede encontrar sin nicotina, y que está disponible en una gran variedad de sabores como menta, manzana, sandía o frutas tropicales. Además, no tiene las restricciones legales que tiene el tabaco, así que este tipo de productos se pueden consumir en lugares públicos sin ningún problema. Por supuesto, la cachimba también se puede usar con tabaco y otras hierbas como el cannabis.
Cómo funciona
El funcionamiento de la shisha es relativamente sencillo pero fascinante. La estructura básica se compone de varias partes. Por un lado, está la base, normalmente de cristal. Esta base se llena con un líquido, generalmente agua aunque puede variar; algunas personas usan zumo, alcohol o incluso combinaciones de ambos para modificar el sabor y la densidad del vapor. Sobre la base se coloca el cuerpo de la cachimba, un tubo que conecta con el depósito, o cazoleta, para el tabaco o las hierbas. La mezcla se calienta con un trozo de carbón natural o un carbón específico para cachimba.
Al calentarse el carbón, se crea un vapor aromático que pasa a través del agua, donde se enfría y purifica antes de ser inhalado. El usuario aspira el vapor a través de una manguera con boquilla conectada a la cachimba. Este sistema de filtración a través del agua hace que la experiencia sea menos agresiva para las vías respiratorias.
Cuando se fuma en cachimba, lo que se inhala es vapor en lugar de humo, por lo que disminuye la cantidad de toxinas y productos de combustión que se aspiran. Además, como hemos visto, agua de la base hace que el vapor se enfríe y filtre parcialmente. Esto quiere decir que fumar en cachimba es mucho menos dañino y tóxico que fumarse el humo de un cigarrillo.
Cómo preparar una cachimba de cannabis
Fumar cannabis en una cachimba también es todo un ritual. Para prepararlo, necesitamos una base de líquido que puede ser, agua, alcohol o zumo. Hay que aclarar que el zumo puede afectar al sabor de la hierba. En cuanto al alcohol, este no incrementa el efecto psicoactivo de la marihuana ya que solo sirve para enfriar y que en ningún caso se evapora con la sustancia inhalada. Una recomendación interesante es mezclar la marihuana con tabaco o hierbas aromáticas, ya que esto permite que la mezcla se queme de forma más gradual y se evita que el cannabis se consuma rápidamente.
- Para preparar una cachimba de marihuana, el primer paso es asegurarse de que la base esté llena con el líquido deseado, sea agua, zumo o una mezcla de ambos.
- Luego, se coloca una capa de tabaco o hierba en el depósito, y encima se añade la marihuana en una cantidad moderada para no sobrecargar la cachimba.
- Tras cubrir la mezcla con una capa de papel de aluminio perforado, se coloca el carbón, que se encenderá para iniciar el proceso de calentamiento. Es importante que el carbón esté bien encendido antes de comenzar, ya que esto asegurará un flujo de vapor constante y agradable.
Como ves, la cachimba es una herramienta con mucho significado y perfecta para pasar largas horas disfrutando de los mejores vapores entre amigos.